El tiempo no existía en ese país donde solo había gente con
vida eterna.
Pero Louis estaba fascinado por una mujer, por primera vez
como vampiro el sentía el implacable mover del tiempo. Esta joven mujer, en un
imperio eterno donde el tiempo no existía, era todo lo que el quería. Ella hizo
un autorretrato, que podía ser titulado “La muerte es inevitable para ellos”, y
así este ejército se convirtió en una “invasión”.
Esta pintura que ella hiso está llena de “amor”, tan cálido
como el sol en una memoria distante.
Ella aún era muy joven para interesarse en la pintura. La chica,
que empezó a vivir en una mansión perteneciente al conde, descubrió un cuarto
cerrado que nadie conocía. Ese cuarto era una polvosa vieja galería. En el muro
que no era iluminado por el sol había una pintura representando al conde que
era dueño de la mansión. Ella fue robada por los ojos del hombre y entro, ella
hablaba con la pintura y solía disfrutar su tiempo dibujando.
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